Desde la antigüedad se han utilizado los cristales de cuarzo y diversos minerales por sus extensas propiedades.

Toda materia tiene una vibración intrínseca, cuanto más lenta, más densa es la materia y viceversa, hasta llegar a la vibración sutil de la energía. Esta vibración no se puede observar con los sentidos físicos, pero sí se pueden llegar a sentir sus efectos en el cuerpo humano.

Cada cristal además, tendrá su propia frecuencia o 'música' dependiendo del color y de la forma que tenga.

Según la tradición milenaria oriental, el cuerpo humano tiene canales de energía con unos puntos concretos principales, donde ésta se manifiesta con mayor intensidad. Hay muchos, pero los más conocidos son 7, los llamados chakras principales, aunque recientemente se ha sabido que tenemos más por encima de la cabeza (coronilla) y por debajo de los pies. Y también se les asigna un color determinado a estos centros de energía, siguiendo la gama del arco iris. Así pues, los cristales o piedras preciosas van a sintonizar con cada centro dependiendo del color, pues vibrarán con la misma resonancia, armonizándolos.

Cada chakra dependiendo de su situación en el cuerpo físico tiene unas características y por eso nos afecta cuando está inarmónico en áreas concretas de la vida. Por igual motivo, cuando hemos conseguido volvernos a centrar, y sobreviene una situación que nos altera, influye en ese chakra concreto, desequilibrándolo. No se trata tanto de creer que siempre tenemos que estar pendientes de eso, sino de vivir con conciencia de por qué o para qué nos está sucediendo algo y de relacionarlo con el centro energético determinado, cosa que nos ayudará a entender en primero lugar, para después integrar la información.

No es por casualidad que en estos momentos hay una fuerte expansión de los minerales, y las personas cada vez se sienten más atraídas hacia uno u otro sin saber apenas nada de sus características individuales y de lo que pueden llegar a ayudar simplemente por estar cerca.

Cuando se utilizan en terapia, la persona suele sentir sus efectos casi de inmediato, como hormigueo, cosquilleo y sensaciones que se parecen a una corriente interna que se pone en marcha. Eso no es más que nuestro circuito energético que responde a esa vibración equilibradora.

Agunos minerales son muy buenos para 'limpiar' ambientes cargados (ordenador, T.V., aparatos electrónicos en general), para armonizar el espacio vital y familiar, etc. Sus aplicaciones son múltiples y a muchos niveles, y cuando se les da un lugar en el hogar o centro de trabajo, se hacen sentir sus efectos beneficiosos.

También necesitan ciertos cuidados mínimos, pues son seres vivos y se puede llegar a establecer una relación entre el cuarzo y la persona, que a veces puede parecer imposible a personas que no lo hayan llegado a experimentar.

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