Chantaje emocional

El periódico "El País" ha sacado un artículo sobre un tema muy interesante: el chantaje emocional. ¿A qué nos referimos con esto? a esas veces en que usamos el nombre del "amor" para conseguir nuestros propios intereses, a cuando nos aprovechamos de los sentimientos que el otro tiene hacia nosotros para manipularle o castigarle,...

Puedes hacerlo tú o puede que te lo esté haciendo tu pareja ( o tu hijo, o tu madre, o un amigo, o cualquier persona que te importe). Lo importante es darse cuenta que en el fondo lo que hay es una batalla encubierta por tomar el control de la relación o de una situación concreta y que se usa el vínculo emocional para aprovecharse (es uno de nuestros "puntos débiles").

Lo que más me ha gustado del artículo:

  • El chantaje emocional es una de las prácticas más utilizadas en el campo de batalla de la pareja. De forma inconsciente o voluntaria se exige a la otra persona que actúe según los propios deseos o necesidades, utilizando vilmente los sentimientos como arma. El silencio, las amenazas directas o veladas, los celos, o incluso una actitud victimista, son algunas de las estrategias más comunes. (Yo aquí añadiría que generalmente lo que se intenta conseguir, de una manera u otra, es que la otra persona se sienta culpable).
  • En la práctica, todos, en un momento dado, podemos utilizar algún tipo de chantaje emocional. Manipulamos cuando utilizamos a otra persona para un beneficio propio (sin tener en cuenta los intereses o deseos de otra persona). La manipulación se utiliza para ganar poder en una relación. Con diferentes tácticas se intenta tocar los puntos débiles del otro.
  • El mensaje manipulador suele ser vivido con una sensación de amenaza o exigencia. Por ello, una buena fórmula para detectarlo consiste en estar atento a las propias sensaciones y sentimientos ante los mensajes que se reciben. (Aquí sigo insistiendo que la principal sensación que nos produce la mayor parte de las veces es la de culpa). Para diferenciar entre una petición y una exigencia. Pedir implica otorgar la libertad al otro para elegir entre satisfacer o no la solicitud, teniendo en cuenta su opinión. En cambio, al exigir no se proporciona tal alternativa (por ello lo de "chantaje") y se ignoran los sentimientos y las necesidades de la otra persona. Otra cosa que nos puede ayudar a detectar estas situaciones son los mensajes contradictorios: cuando las palabras dicen una cosa pero la forma de decirlo o el lenguaje no verbal nos dice otra: “No hace falta que vengas. Tienes mucho trabajo, y, total, siempre me las arreglo solo”.

El artículo completo lo tienes aquí.